domingo, 4 de enero de 2009

Te cambio dos ovejas por un ladrillo

Uno de los temas habituales de esta bitácora serán los juegos de tablero y para inaugurar la etiqueta he elegido uno que podríamos calificar de famoso desconocido: El Conquistadores de Catán. Voy a nombrar este juego muchas veces así que para abreviar lo llamaremos el Catán.

He elegido el Catán en concreto por estar un poco a caballo entre los archifamosos juegos de tablero que todos conocen aquí en España (Pictionary o Trivial Pursuit por ejemplo) y los casi desconocidos, que serán los protagonistas de la sección en este blog. Sin embargo y pese a no ser cabeza de mercado tiene un palmarés muy destacable: Juego del Año en 1995 (hasta ahora todos los juegos que he probado que se han llevado este premio son más que recomendables) y traducido a nada más y nada menos que 25 idiomas además del aleman original.

No me extenderé demasiado en contar las reglas, que para algo existen los manuales, pero el Catán es un juego que combina azar con elementos de negociación y estrategia. Los jugadores obtienen recursos (madera, ladrillo, ovejas, trigo y piedras) dependiendo de una tirada de dos dados. El que saca un 7 en los dados roba un recurso al azar a otro y bloquea la producción de una casilla. El jugador que tiene el turno comercia con esos recursos y construye con ellos carreteras, poblados o cartas que le permiten acciones especiales. Los poblados, ciudades, algunas cartas y dos situaciones determinadas (el jugador con más cartas de caballero y el jugador que tenga el camino más largo) otorgan puntos de victoria. Gana el que primero llegue a diez puntos de victoria.

En mi opinión las dos mayores virtudes del juego son la fase de trueque y la duración del mismo. Durante la fase de trueque el jugador que tiene el turno comercia con sus recursos. Para describir el sabor del juego a los lectores que no hayan jugado al Catán, podríamos imaginar una mesa con cuatro personas que sostienen una conversación en la que uno de los participantes hace la oferta del título de esta entrada:
-Te cambio dos ovejas por un ladrillo.
El poseedor del ladrillo responde:
-Mejor una oveja y un trigo.
Un tercero decide meter cizaña para ser él el que saque provecho del comercio y dice:
-Yo tengo ladrillo y quiero piedras, si me das una piedra el ladrillo es tuyo...

Con los cambios y el efecto del ladrón ya están servidos los pequeños piques entre amigos que acaban dando vida a las partidas. Al fin y al cabo los juegos de tablero son entretenimientos sociales, que lo mejor que tienen es que reunen varias personas alrededor de la misma mesa, para charlar y pasar el rato.

La otra gran virtud es que la duración total del juego está muy bien calibrada y rara es la partida que pase de dos horas. Esto en mi opinión es muy importante porque algunos juegos (el Risk o el Monopoly por poner dos ejemplos) se pueden eternizar y todo lo que se alarga excesivamente acaba cansando. Además, no sé lo que opinaréis mis lectores, pero mi tiempo cada vez está más y más limitado.

El principal defecto del Catán está en la excesiva dependencia del azar, sobre todo al comienzo de la partida. Disponer de malos números para obtener recursos y tener algo de mala suerte en las primeras tiradas pueden imposibilitar a un jugador competir en la partida, lo que resulta realmente frustrante; y viceversa, un jugador que tenga buenos números en recursos clave llegará al final de la partida con opciones de ganar aunque no lo haga demasiado bien.

Otro día hableremos de más juegos de mesa y otros vicios. ¡Hasta la próxima!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Añadido ya tu blog a "Favoritos", puedo comenzar a comentar :-)!
Pues no podrías haber comenzado mejor que hablando del Settlers (o Colonos o Ritter o Kolonister o como sea).
Es un juego físicamente bonito (eso sí, si tienes la edición de fichas de maderita y las ilustraciones como las de la foto), es divertido, entretenido, y para mi su principal característica es que a causa de los trapicheos entre los jugadores el pique está asegurado. No lo recomiendo a parejas en crisis o amigos con malos rollos latentes, puede pasar factura.

Jooo, hace mucho que no jugamos...

Cigi

Ester dijo...

Ya un miembro de Númenor llamado Felo escribió en la revista un artículo llamado "Diez razones por las que deberías dejar de jugar al settlers"... Si es que es un juegazo.
Muchos wessitoss y suerte con el blog :)
EstaMujer

Erik D'Lan dijo...

¡Bienvenidas a bordo!

- Cigi: antes o después volveremos a echarmos una partidilla.

- St': ya recuerdo el artículo de "La Canción del Bardo" y sí, es un juegazo.

a.forever dijo...

Yo ahora estoy viciada con el Agrícola. Si no lo conoces es muuuuy recomendable.

(palabra: ssacyv - sí supera al Colonos, ya ves)